Simeone parece que dice: "¡Pero donde te has metido, Carletto!" |
Con Simeone, cada día con mas poder, a la cabeza en un equipo y Florentino con, si cabe, un poquito mas después de la desaparición de Mourihno, a la cabeza del otro, el partido no hizo mas que traducir en un 1-0 el estado actual de cada uno de los dos equipos. Desde el inicio se vio a un Atleti que aunque cedía el balón, sabía exactamente lo que tenía que hacer, que aunque se agazapase en su campo no renunciaba a ganar el partido al contragolpe con Diego Costa como estilete. El Madrid, demasiado encomendado a Sergio Ramos en la salida del balón, cometió el error que muchas veces ve en los demás, confundiendo posesión con control. El control del partido fue siempre de Simeone, inteligente y canchero: esta vez, consciente de las debilidades del Madrid, con un 4-4-2 en defensa y no con un 4-5-1 retrasando un delantero a una banda como contra el Barcelona. Coke y Arda conectaron en la media transición a velocidades de vértigo con sus delanteros, mientras mantenían a raya el juego plano del Madrid junto a Tiago y Gabi. Mas difuminado, al Real Madrid, además de entrar al campo demasiado seguro de sí mismo, no se le vio un plan de juego claro, además fue otra vez victima de jugadores excesivamente intermitentes como Di Maria (que tuvo un partido lamentable), Benzema o Modric. La decisión de llevar a Cristiano mas al centro, al estilo Messi, no funcionó demasiado por la flaqueza de las bandas (el lío táctico que tenían Arbeloa y Di Maria en la derecha, ante la desaparición de Cristiano, era ridículo) y Bale, bueno pues el pobre esta para lo que está. No dudamos de él, simplemente no existe todavía.
Cristiano no aceptó la sugerencia estratégica del inocente Bale |
Por lo que respecta al resto de la jornada, el Barcelona volvió a ganar, esta vez fuera, con lesión de Messi que le tendrá apartado dos o tres partidos. El Villareal perdió su primer partido y desaprovecho la oportunidad de adelantar al Madrid. Todo muy igualado como siempre: el Espanyol que se las prometía felices junto a sus aficionados en Cornellá, pincho en casa de forma estrepitosa frente a un Getafe que apuntaba hasta ahora en sentido contrario.