Habla Michael Robinson, ex jugador de Liverpool y Osasuna entre otros y ahora comentarista deportivo, de lo gozoso que era charlar con Luis Aragones de fútbol. Hombre criado al olor de hierba humeda ("Lo más agradable es dedicarme a esta profesión. Sólo con pisar un campo me encandila, el olor a hierba"), dice Michael sin embargo, que cuando le sacabas de su ambiente futbolístico se le notaba perdido.
Estamos ante un hombre que irritó a toda una nación como Gran Bretaña, desmantelando sus contradicciones, por denostar las convenciones de las formas inglesas ("Dígale de mi parte a ese negro que usted es mejor que él") , ante un hombre que no atendía a la apariencia ("Yo creo que un entrenador debe de ir en chándal a los partidos") si podía sacar todo el jugo de sus chicos ganandose su confianza con su imagen de abuelo cascarrabias y aparentemente despistado (Wallace -refiriendose a Ballack-, ¿como esta usted?), genial trasvase de presión antes de una final.
Personalmente no me gustan los chandals. Tampoco los entrenadores con traje de Oscars. Creo que se puede ir de sport sin tener que llevar chandal. Quizá Luis sea ejemplo de esa máxima que repetía mi abuelo y que dice que el deporte embrutece ya que no me lo imagino al día en cuestiones culturales. Sin embargo ha demostrado que para ganar la Eurocopa de futbol no hace falta ser Guardiola. El futbol se puede mezclar con el arte, se debe, diría yo, pero su valor intrinseco sigue siendo unicamente el juego y su mística.
No era un hombre educado "A mí me van a dar un ramo de flores, que no me cabe por el culo ni el bigote de una gamba" "Digo más veces vete a tomar por culo que buenos días" pero era noble "Máteme usted pero no me mienta" y muy apreciado por los jugadores ("Tienen un día libre después del partido con sus mujeres y lo que sea, tienen libre. Pueden hacer lo que quieran y lo que deseen... Primero porque estar conmigo es para cagarse".
Esta es una de las máximas en las que basó su trabajo en la selección (su gran obra y que me perdone el Atletico de Madrid), la relación con los jugadores. Los otros dos son el sentido de club ("Me gustaría que la selección tuviera un nombre, una identidad. Igual que Brasil es la canarinha o Argentina la albiceleste, me gustaría que España fuera La Roja" y la obsesión con ganar ("Las finales no se juegan, se ganan", "Y ganar, y ganar, y ganar, y volver a ganar, y ganar, y ganar, y ganar, y eso es el fútbol, señores").
Luis sintió la necesidad de ganar de una vez por todas con un pais futbolístico por antonomasia al que le faltaba el gen ganador y tuvo la inteligencia suficiente para lograrlo adaptándose a una generación irrepetible de futbolistas. Es la demostración de la supremacía del fondo sobre la forma.
Me gustaría que la selección tuviera un nombre, una identidad. Igual que Brasil es la canarinha o Argentina la albiceleste, me gustaría que España fuera La Roja"
"Me gustaría que la selección tuviera un nombre, una identidad. Igual que Brasil es la canarinha o Argentina la albiceleste, me gustaría que España fuera La Roja"
Leer más:Muere Luis Aragonés: las mejores frases de 'El Sabio de Hortaleza' - MARCA.com
"Me gustaría que la selección tuviera un nombre, una identidad. Igual que Brasil es la canarinha o Argentina la albiceleste, me gustaría que España fuera La Roja"
"Me gustaría que la selección tuviera un nombre, una identidad. Igual que Brasil es la canarinha o Argentina la albiceleste, me gustaría que España fuera La Roja"
Leer más:Muere Luis Aragonés: las mejores frases de 'El Sabio de Hortaleza' - MARC