miércoles, 16 de abril de 2014
¿UN RESQUICIO DE MODERNIDAD?
La jornada en que se confirmó la debacle barcelonista y el favoritismo atlético la imagen de la jornada se alejó de la casuística competitiva y se arrimó al terreno de la pura comedia. Sobre que imagen se acerca mas a la realidad, si la de arriba o la de hace unos días cuando el hombre de las gafas, Germán Burgos, quiso comerse literalmente al arbitro en un partido e hicieron falta mas de seis personas para pararle, no me pronuncio (seguramente ninguna), pero entre ellas un abismo.
En otros deportes, mucho mas sofisticadas en cuanto a reglamento y arbitraje todavía no llevan Google Glass, pero un comportamiento parecido al del "Mono" Burgos aquel día de los seis empujadores, es castigado economicamente. No deja de ser cómico. Se me vienen las imágenes a la cabeza una detrás de la otra y pasó de la risa al sudor frío imaginandome que viene a por mi.
Desconozco que hay detrás de la iniciativa de la LFP, Mediapro y la Universidad Católica de Murcia, desde luego la publicidad es buena cuando salieron a la venta el día 14 en Estados Unidos. El elegido no es casual ¿Quién conoce al segundo del Madrid o del Barça? Necesitaban un tío que llamase la atención y desde luego lo han conseguido. La imagen la tienen. Y es muy graciosa.
Sin embargo es paradójico y una perdida de tiempo preocuparse de estas modas (que por otro lado tendrán un posicionamiento natural en la sociedad)cuando no se es posible utilizar la misma tecnología para resolver los problemas graves del fútbol y de la liga española. ¿Para cuando un sistema tipo ojo de halcón para las lineas y fueras de juego? ¿Para cuando sanciones ejemplares para los teatreros y violentos? Déjense de chorradas y no nos tomen el pelo.
jueves, 3 de abril de 2014
NIHILISMO: MALICK Y "TRUE DETECTIVE"
“No puedo decir que el trabajo me hizo ser de esta manera. Al contrario,
ser como soy fue lo que me hizo adecuado para este trabajo. Antes solía
pensar más al respecto, pero cuando llegas a cierta edad ya sabes quién
eres. Ahora vivo en una pequeña habitación en el medio del campo,
detrás de un bar, trabajo 4 noches a la semana y, en el medio, bebo. No
hay nadie que me detenga. Sé quién soy y, después de todos estos años,
puedo decir que hay una cierta victoria en ello”.
Rust Cohle a quien interpreta Matthew McConaughey en la serie "True detective"
El anterior domingo regalaban con el diario El Mundo la película "La delgada linea roja" film bélico de Terrence Malick (cineasta poco prolífico e inclasificable, aunque formalmente clásico, del que desgraciadamente no he tenido fuerzas todavía de ver sus dos últimas películas). Recuerdo que se estrenó el mismo año que "Salvar al soldado Ryan" de Speilberg y cuando la ví y la disfruté, pensé que el Rey Midas podía esperar. Además de estar rodada magníficamente desprendía unas ideas filosóficas muy particulares. Para mi era otra época. Cándida. Me encantó.
El domingo, como decía, me disponía a amodorrarme en el sofá y disfrutar de una tarde llenada por horas de buen cine. Fue como una patada en los cojones. Esta es una de las razones por las que las buenas películas hay que verlas dos veces, nunca son iguales (aunque tengas que tener especial cuidado dependiendo de la película y tu estado de ánimo).
El nihilismo puede ser en tu juventud un juego, una visión teórica y retórica, alejada de la vida práctica. Cuando pasan diez años, con sus vicisitudes y experiencias, se puede convertir en una verdad incómoda.
Sin embargo es reconfortante ver que existen personas con parecidos razonamientos que los que tu atisbas lejanamente y los desarrollan de forma brillante. O sea en la linea nihilista de la película de Malick. Es el caso del guionista y creador de "True detective", Nic Pizzolatto. Fantástica serie muy recomendable, y poseída por un torrente de emociones en forma de arrolladora actuación por parte de Matthew McConaughey. Un héroe fantástico.
He aquí, algunas de sus frases, las cuales acompaño de la cruda declaración de estilo de vida del encabezamiento:
“Si lo único que hace que una persona sea decente es la esperanza de una recompensa divina, entonces, hermano, esa persona es un pedazo de mierda, y me gustaría que salieran a luz cuantas más de ellas mejor. ¿Tienes que juntarte con otros y contarte historias que violan cada ley del universo sólo para poder superar el maldito día? ¿Qué dice eso de tu realidad?”
“He visto el final de miles de vidas. Jóvenes, viejos, cada uno tan seguro de su propia realidad, de que su experiencia sensorial constituye algo único e individual, algo con un propósito y un significado. Tan seguros de que son algo más que una marioneta biológica. Bueno, la verdad siempre sale a luz y todos la ven. Una vez que las cuerdas se cortan todos terminan derrumbándose”
"Tú, tú mismo, todo este gran drama, nunca fue más que un burdo engaño de la arrogancia y la estúpida voluntad, y puedes simplemente liberarte de todo eso, finalmente darte cuenta que no tienes que aferrarte tan fuerte. Darte cuenta de que toda tu vida, todo lo que amas, lo que odias, tus memorias, todo tu dolor, era parte de una misma cosa. Era todo un mismo sueño, un sueño que albergaste dentro de una habitación cerrada, un sueño acerca de ser una persona. Y como en muchos sueños, en el final hay un monstruo”.
“Creo que la conciencia humana fue un trágico paso en falso de la evolución. Nos volvimos demasiado conscientes de nosotros mismos, la naturaleza creó un aspecto separado de ella, somos criaturas que no deberíamos existir de acuerdo a la ley natural. Somos cosas que funcionan bajo la ilusión de tener un ser propio, una acumulación de experiencias sensoriales y sentimientos, programada para asegurarnos que somos alguien, cuando en realidad nadie es nadie. Quizás lo más honorable que podríamos hacer como especie es negar esa programación, dejar de reproducirnos, caminar de la mano hacia nuestra propia extinción, una última noche, hermanos y hermanas, excluyéndonos voluntariamente de un contrato injusto”.
“Este es un mundo en el que nada nunca se resuelve. Alguien una vez me dijo: ‘el tiempo es un círculo plano’. Todo lo que hemos hecho y todo lo haremos, lo repetiremos una y otra vez. Y ese pequeño niño y esa niña, estarán en esa habitación una y otra vez, una y otra vez, para siempre”.
Pues eso, magníficas y para mi muy acertadas, pero como una patada en los cojones en un tranquilo dia de domingo.
Rust Cohle a quien interpreta Matthew McConaughey en la serie "True detective"
Dos mundos se cruzan en "La delgada linea roja" |
El domingo, como decía, me disponía a amodorrarme en el sofá y disfrutar de una tarde llenada por horas de buen cine. Fue como una patada en los cojones. Esta es una de las razones por las que las buenas películas hay que verlas dos veces, nunca son iguales (aunque tengas que tener especial cuidado dependiendo de la película y tu estado de ánimo).
El nihilismo puede ser en tu juventud un juego, una visión teórica y retórica, alejada de la vida práctica. Cuando pasan diez años, con sus vicisitudes y experiencias, se puede convertir en una verdad incómoda.
Sin embargo es reconfortante ver que existen personas con parecidos razonamientos que los que tu atisbas lejanamente y los desarrollan de forma brillante. O sea en la linea nihilista de la película de Malick. Es el caso del guionista y creador de "True detective", Nic Pizzolatto. Fantástica serie muy recomendable, y poseída por un torrente de emociones en forma de arrolladora actuación por parte de Matthew McConaughey. Un héroe fantástico.
He aquí, algunas de sus frases, las cuales acompaño de la cruda declaración de estilo de vida del encabezamiento:
Joven y... |
...tras el paso de los años |
“Si lo único que hace que una persona sea decente es la esperanza de una recompensa divina, entonces, hermano, esa persona es un pedazo de mierda, y me gustaría que salieran a luz cuantas más de ellas mejor. ¿Tienes que juntarte con otros y contarte historias que violan cada ley del universo sólo para poder superar el maldito día? ¿Qué dice eso de tu realidad?”
“He visto el final de miles de vidas. Jóvenes, viejos, cada uno tan seguro de su propia realidad, de que su experiencia sensorial constituye algo único e individual, algo con un propósito y un significado. Tan seguros de que son algo más que una marioneta biológica. Bueno, la verdad siempre sale a luz y todos la ven. Una vez que las cuerdas se cortan todos terminan derrumbándose”
"Tú, tú mismo, todo este gran drama, nunca fue más que un burdo engaño de la arrogancia y la estúpida voluntad, y puedes simplemente liberarte de todo eso, finalmente darte cuenta que no tienes que aferrarte tan fuerte. Darte cuenta de que toda tu vida, todo lo que amas, lo que odias, tus memorias, todo tu dolor, era parte de una misma cosa. Era todo un mismo sueño, un sueño que albergaste dentro de una habitación cerrada, un sueño acerca de ser una persona. Y como en muchos sueños, en el final hay un monstruo”.
“Creo que la conciencia humana fue un trágico paso en falso de la evolución. Nos volvimos demasiado conscientes de nosotros mismos, la naturaleza creó un aspecto separado de ella, somos criaturas que no deberíamos existir de acuerdo a la ley natural. Somos cosas que funcionan bajo la ilusión de tener un ser propio, una acumulación de experiencias sensoriales y sentimientos, programada para asegurarnos que somos alguien, cuando en realidad nadie es nadie. Quizás lo más honorable que podríamos hacer como especie es negar esa programación, dejar de reproducirnos, caminar de la mano hacia nuestra propia extinción, una última noche, hermanos y hermanas, excluyéndonos voluntariamente de un contrato injusto”.
“Este es un mundo en el que nada nunca se resuelve. Alguien una vez me dijo: ‘el tiempo es un círculo plano’. Todo lo que hemos hecho y todo lo haremos, lo repetiremos una y otra vez. Y ese pequeño niño y esa niña, estarán en esa habitación una y otra vez, una y otra vez, para siempre”.
Pues eso, magníficas y para mi muy acertadas, pero como una patada en los cojones en un tranquilo dia de domingo.
miércoles, 2 de abril de 2014
EL OBJETO DE LA OBJETIVIDAD
Un compañero me decía estos dias, con los gigantescos enfrentamientos entre los mejores equipos de futbol de España como telón de fondo y las discusiones arbitrales como chivo expiatorio, que el aficionado al futbol era un ser completamente alejado de la objetividad. El interés propio reinaba, decía resignado, en las conversaciones futbolísticas. Lo primero que me pregunté es si se incluia él mismo o no
Luego leí un articulo en el que se hablaba precisamente de esto. Venía a decir que el disfrute del juego se vería menguado si nuestro equipo no aparecia en las rondas finales de la Copa de Europa. Nuestro interés en el futbol decaería si no podemos defender en tertulias, reuniones, discusiones, un equipo, algo nuestro. Nuestra subjetividad, entonces, es clave para poder disfrutar de este deporte (Aqui he de añadir que el articulo estaba escrito, entiendo yo, con cierta ironia inglesa).
En este punto recordé que en la Eurocopa de 1988, cuando yo tenía ocho años, mi desilusión fue tal por la eliminación de España en primera ronda, por la poca atracción de, en aquellos años, "la furia", que para las semifinales me fabriqué una gigantesca bandera de Holanda.
Es necesario ese pequeño ingrediente que nos introducimos levemente cuando vemos futbol a nosotros, pobres mortales, para sentir la competición nuestra. Necesitamos, entonces, competir. Aunque no influyamos en el resultado.
El articulo de John Carlin, como casi siempre, tenia mucha guasa en su interior. Esta bien animar a un equipo y disfrutar con ello. Es una parte mas, e importante, de nuestro disfrute personal de un deporte, seamos parte activa o no.
Pero vamos a hablar en serio, ¿Es que acaso Simeone no es, a la fuerza, objetivo cuando construye su equipo consciente de sus limitaciones económicas? ¿Y si Simeone es objetivo, que se juega su prestigio profesional, no lo pueden ser los seguidores del Atleti?
Mi creencia personal es que se sufre menos cuanto mas objetivos intentamos ser. El aficionado subjetivo puede vivir sumido en una insatisfacción futbolera permanente (si no lo esta ahora lo estará) fomentada por la prensa. Esa subjetividad no le permite disfrutar del futbol como espectáculo, como placer para la vista. Y que no es imposible ser objetivo a medida que nos desprendemos de fanatismo e intentamos apartarnos un poco de los dimes y diretes, de, en definitiva, los cliches y tópicos futbolísticos fomentados por los periodistas.
Luego leí un articulo en el que se hablaba precisamente de esto. Venía a decir que el disfrute del juego se vería menguado si nuestro equipo no aparecia en las rondas finales de la Copa de Europa. Nuestro interés en el futbol decaería si no podemos defender en tertulias, reuniones, discusiones, un equipo, algo nuestro. Nuestra subjetividad, entonces, es clave para poder disfrutar de este deporte (Aqui he de añadir que el articulo estaba escrito, entiendo yo, con cierta ironia inglesa).
En este punto recordé que en la Eurocopa de 1988, cuando yo tenía ocho años, mi desilusión fue tal por la eliminación de España en primera ronda, por la poca atracción de, en aquellos años, "la furia", que para las semifinales me fabriqué una gigantesca bandera de Holanda.
Es necesario ese pequeño ingrediente que nos introducimos levemente cuando vemos futbol a nosotros, pobres mortales, para sentir la competición nuestra. Necesitamos, entonces, competir. Aunque no influyamos en el resultado.
El articulo de John Carlin, como casi siempre, tenia mucha guasa en su interior. Esta bien animar a un equipo y disfrutar con ello. Es una parte mas, e importante, de nuestro disfrute personal de un deporte, seamos parte activa o no.
Pero vamos a hablar en serio, ¿Es que acaso Simeone no es, a la fuerza, objetivo cuando construye su equipo consciente de sus limitaciones económicas? ¿Y si Simeone es objetivo, que se juega su prestigio profesional, no lo pueden ser los seguidores del Atleti?
Mi creencia personal es que se sufre menos cuanto mas objetivos intentamos ser. El aficionado subjetivo puede vivir sumido en una insatisfacción futbolera permanente (si no lo esta ahora lo estará) fomentada por la prensa. Esa subjetividad no le permite disfrutar del futbol como espectáculo, como placer para la vista. Y que no es imposible ser objetivo a medida que nos desprendemos de fanatismo e intentamos apartarnos un poco de los dimes y diretes, de, en definitiva, los cliches y tópicos futbolísticos fomentados por los periodistas.
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