miércoles, 11 de octubre de 2017

LA CÓMODA REVOLUCIÓN

“Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada
Valle Inclán en boca de Max Estrella en “Luces de bohemia”

Estos días en Cataluña (y no solo en Cataluña), a través de la televisión solamente, imaginaros “in situ”, se ven imágenes curiosas. Por un lado vemos rostros encendidos y escuchamos soflamas apelando a un sentimiento infinito. Por otro, el reflejo produce el esperpento, héroes de mentira.

El día del referéndum, a última hora, cuando se dieron los resultados, me sorprendió como las masas que reivindican la independencia se fueron a su casa como si hubieran asistido a un musical. La imagen era la de una cómoda revolución en el que no se correspondían los anhelos desesperados con la imagen reflejada de personas retirándose con sus banderas a sus casas a una hora burguesa, que hacía unos minuto clamaban un sin vivir y decían soportar unas injusticias tremendas, capaces de derrotar al mas sanguinario dictador. “Me dan los resultados, que bien, hemos ganado. Me voy a casa a ver los resúmenes de la liga”.
Sin desesperación no hay poesía. Lo realmente importante, como dice Jabois, está en el beso que le das a tu chica en una moto. Son revoluciones del bienestar, de tablets y compra online, vacuas y pijoteras, que lo único que reflejan son las tristes vidas que llevamos.
Todo huele a farsa en Cataluña. Huyen mas que avanzan. De sus días tristes, de la cárcel. No se habla de corrupción, ese es un objetivo pragmático, feo, sin sentimiento. Huyen de la realidad de no sentirse poderoso.

¡Que esperpento! ¿Verdad que si Max?

Pero no solo los catalanes, tan decepcionantes, tan lejos de la imagen que nos habíamos creado de la cual solo conservan una falsa dignidad y L’estaca (eso si, L’estaca) crean reflejos esperpénticos. Sin los “otros” no hay conflicto, por muy absurdo que sea. Que maravillosa parábola nos regaló J.J. Abrams, cuando nos explicó que para montar una guerra solo hacen falta unos “otros”, los motivos son lo de menos.
Y los otros estuvieron y han estado a la altura, incapaces de entender cuál es el verdadero problema, que no es de fronteras físicas, si no de fronteras culturales. Incapaces de ver que no vivimos en tiempo de los Reyes Católicos y con su capacidad incendiaría intacta. Imitando al perro del hortelano, te quiero conmigo pero te desprecio. Promoviendo un sinsentido en la sociedad que solo funciona con odio. Felices teniendo un enemigo, ahora desaparecido. ¡Que puede haber mas esperpentico que el discurso del rey!
Convirtiendo símbolos de todos en suyos, y llenando las calles con ellos. Ojalá llevasen la bandera a la ciencia o los avances tecnológicos y no solo la enarbolen con odio.

¡Que esperpento! ¿Verdad que si Max?

El problema no es la independencia catalana, no. Es el conflicto histórico por ver quién o que gobierna y define este país. Los mismos de siempre Juan José, querido Haro. Los unos sin los otros y los otros sin los unos. Afrancesados, Carlistas, Isabelinos, Nacionales, Republicanos, y un largo etcétera…

Dicen que la palabra equidistante define a esas personas que se encuentran en medio. Probablemente, en términos físicos, sea así. A mi no me gusta esa palabra, aparte de ser horrorosa, no es cierta, equidistante depende de con que y cuando.
A mi me gusta pensar que valoramos lo verdaderamente importante, y que lidiaremos, si hace falta, por un beso apoyados en una motocicleta. Que somos poetas, como Max, que lucharemos por las verdaderas injusticias y seremos auténticos aunque nos cueste la muerte y la desdicha. Como Max.

lunes, 15 de febrero de 2016

EL TÍTERE QUE SE MUEVE A SI MISMO

"Desconfio de la incomunicabilidad; es la fuente de toda violencia"
J.P. Sartre


No se como lo llamarán los expertos, pero cuando te sientas en un teatro, se apagan las luces y se bajan las voces, notas perfectamente como entras en otra dimensión. Empiezas a pertenecer a algo vivo que tiene su propia identidad y sus propias reglas en las que cualquier cosa es posible. La principal para mi, es la mas arrebatadora libertad. La misma que sirve para levantarse e irse.

El carnaval, según como algunos entienden su tradición, es una forma de teatro llano, sin templo, pero con el alma suficiente como para crear un paso a la percepción. Es el humor apoderándose de lo grotesco, el espacio que crea el débil, por fin, para reírse del poderoso.

El títere es una forma de literatura, así lo dice la tradición española, tan simple y tan directa que Jovellanos pensó que había que prohibirlo. Pero que ha pasado por las plumas de Cervantes, Lorca y Valle Inclan. Tiene una poderosa poética y el que mueve los hilos entendemos que tiene el poder. El poder, solamente de la palabra, en este caso.

Sin duda los títeres son capaces de crear esa dimensión. Ese sano espacio donde aceptamos surfear una ola que nos susurra, nos exclama, nos escupe, en un carrusel del que esperamos que alguna vez nos transporte al centro del universo, que nos tire al suelo con el mismo vigor que un padre alecciona, para decirnos: "¡¡Aqui esta la realidad, chaval, no te escondas!!"

¡Joder! Pues si, es cabreante que nos quiten esa dimensión. ¡Que indecencias se cometen! y los interesados vociferadores sin cambiar de discurso. ¿Es posible que determinadas actitudes contra la cultura sigan vigentes, incluso acentuadas? He oído gente respetable decir que en los ochenta se hubiese montado un buen pollo. ¿Acaso es equivocada mi inacción actual?

Bueno, menos mal que entra por mis oídos Zappa, libérrimo

Y Toni Lomba. Hace poco me enseñaron una canción de este loco gallego y su compinche que ahora la descubro genial. Podría ser un ensayo simbólico sobre la ironía y la libertad de expresión que sonrojaría a cualquier experto del tema. La canción se llama España, españa. ¿Que hacemos Fernandez Diaz? ¿La prohibimos?

¿Y el fútbol? Eso lo entiende todo el mundo, por eso no lo prohíben. Pero todavía me alegro cuando veo a unos niños en pendiente, entretejidos por arbolillos, piedras y perros, posando el balón en el centro, dispuestos a entrar en otra dimensión.

sábado, 26 de septiembre de 2015

LLEVAR EL BALÓN AL TEATRO

Un niño de menos de diez años se acerca al escaparate de una jugueteria con su padre. Cuando los dos están frente a él sumidos en la observación de la amalgama de objetos destinados a la diversión seguramente infantil, escucha de la supuesta voz autorizada una expresión que, aunque debiera haberle hecho sentir, sin embargo le hizo pensar: “¡Que bonito!”. Eso es lo que decía aquella voz paterna señalando un antiguo camión de bomberos en miniatura. El niño que, aunque no se había dado cuenta todavía, era mucho mas capaz de pensar que de sentir, se sorprendió preguntándose que significado tendría aquella palabra aparentemente subjetiva y que según el dedo señalador, respondía claramente a una cuestión formal.

Cuando entró en la jugueteria creyó inconsistente aquella palabra y el dilema semántico había sido sustituido por un dilema mucho mas terrenal sobre que juguete prefería. Los dos dibujaban rostros insatisfechos pero uno era mucho mas interesante que el otro.

Olvidado el dilema original afrontó el problema que de verdad le interesaba: tener que decidir que juguete le iba a proporcionar mas diversión. El niño, naturalmente malcriado, lo quería todo y sentía una profunda decepción al pensar que al decidirse por un juguete perdería irremediablemente el otro. En el caso de equivocarse en la elección ¡Cuanto tiempo perdido! Y dando por hecho que todos los juguetes tendrían fallos ¿No sería mejor aprovechar lo mejor de cada uno? No pudo decidir, su padre se enfadó y se quedó sin ningún juguete. Desde luego, no era rápido decidiendo.

Tampoco era rápido de palabra. O se podría decir que era anacrónico con las respuestas, así que al cabo de un tiempo indeterminado, en otro lugar, apareció en su cabeza la idea de decirle a su padre: “Déjame usarlo y te diré si es bonito o no”. Con el tiempo llegaría a pensar que la belleza quizá no es una cuestión formal sino semántica.



Cuerpo de hombre, ánimo pueril, su padre le llevó a la Opera. Y encontró satisfacción. Puntualmente pasión, donde alguien encontraba electricidad fluyendo continuamente. Y vio como alguno se inventaba los chispazos disfrazados de jabugo y champán.

Cuerpo adolescente y porte maduro, sus amigos le llevaron al futbol. Allí también encontró satisfacción. No consiguió apasionarse por ningún equipo cuando sus amigos elegían camiseta de por vida. Apasionado con el gol vio como otros escondían allí sus penas en forma de sinrazón.

Y vió, salvo excepciones, que unos eran unos y otros eran otros. Que cuando hablaba de fútbol con “amantes” de la ópera sus palabras eran mal recibidas y cuando hablaba de ópera con sus amigos futboleros las miradas eran raras.

Conoció el ciego elitismo cultural tan propio de su país tanto como el sincrético equivoco futbolero y pensó cuan caliente esta el ánimo de sus compatriotas cuando toman decisiones, ideas formadas en el estomago y no en el cerebro. Tanto de unos y de otros. ¿Sabrían rescatar la belleza de cada espectáculo o estaban ahí por una decisión mal tomada, alargada lo suficiente como para que no tenga vuelta atrás?

Pensó, como cuando Mandela acercó el negro al rugby, que bueno sería, respetando la identidad de cada juguete, mezclarlos. Poder disfrutar de la característica de los dos sin signos de pertenencia. Que de una vez por todas hicieran una buena película de fútbol. Que se viese, como en el Royal en verano, la opera en culotte ciclista. Que el anularado pactase por fin con la melena.

Que, como Don Altobello sus canoli, nos podamos comer unas gallinejas en la ópera y después llevar el balón al teatro

lunes, 27 de julio de 2015

CUANDO ANGELOS EMERGIÓ DE BLANCO



"Fui usado. Lo del poder que se aprovecha del deporte es tan viejo como la humanidad"
Cesar Luis Menotti sobre el mundial'78 donde dirigió al combinado albiceleste.

www.jotdown.es/la-relacion-entre-el-futbol-y-la-politica-o-dime-a-quien-animas-y-te-dire-a-quien-votas/

Dos segundos, comba, palo corto. ¡¡Pam!! Y los gritos Helenos se ahogan, se arrancan directamente del estomago. Un país entero chillando, feliz, excepto los que están en el mundo para no ver como es, de paso.
Yo tenía 24 años recién cumplidos y venia de decepcionarme, otra vez, con la selección. Recuerdo que en mi desesperado intento por empatizar con los envidiados ganadores pensé algo así: "¡Que bonito! La reencarnación del Héroe Aquiles que unifica a los griegos por su valor"
De hecho, algunos lo pensaron también y empezaron a llamarle "El Héroe". Angelos Charisteas (traducido, algo así como "la gracia de Dios") ahora tiene 35 años, como yo, y  su periplo, y su prestigio de héroe le hacen jugar actualmente en el Al Nassr de Arabia Saudí. Su gol de cabeza en la segunda parte de la final de la Eurocopa de 2004, mas instinto y pizarra que clase, dio la victoria al combinado griego ante los atónitos portugueses.

El tiempo sin embargo convierte en egoístas reflejos chispeantes algunos de aquellos signos de felicidad y concordia.

¿Sirvió de algo mas que de catarsis individual? ¿Unió a los griegos? ¿Hubo algunos signos de catarsis colectiva, alguna impronta socio política? ¿Y si es así, como es posible que se encuentren hoy, verano de 2015, en la actual situación de crisis general?

Quizá lo que parece unido, de manera obvia, aunque algunos tildarán, creo que con razón, de manera antinatural, no lo esté tanto. La política se unió al futbol por interés, pero este tiene mas que ver con la religión. Con un ángel que emerge de blanco en las alturas.

Los argentinos han sufrido mucho esta relación. Han terminado por convertir a su mejor futbolista que se dejó utilizar en su Presidente del Gobierno, en su Rey, en su Tirano. Pero Maradona se siente mas Papa y jamás entenderá mas allá de la liturgia de un balón pegado a su pie, preferentemente el izquierdo. Organizaron un mundial que fue un instrumento para las políticas de Videla, pero solo vieron a Kempes, no las injusticias que se les infligía. E incluso creyeron ganar una guerra, ya perdida, con una mano. Pero solo quedó fútbol para ellos, los argentinos de a pie. Solo vieron el balón eternamente rebotado, tan bello cuando el rebote cobra sentido. Pero tan traicionero cuando se le aleja del verde.

Es en esos lares cuando el fútbol pierde su valor de juego. Cuando desde sitios donde no aprecian el valor de ser niños y utilizan en su propio interés el suave raspar de la hierba con la bota, la leve caricia de cueros en una "ruleta" o la mirada de un lanzador fijamente perdida en el arco, el fútbol pierde su sentido.

Cuando los Griegos ganaron la Eurocopa el espíritu de equipo se quedó en los jugadores. Y cuando los Argentinos vencieron el Mundial la clarividencia se la quedó Kempes. Los dos han tenido "corralitos". No es un reproche, pobres. Es una demostración de que, aunque a veces al fútbol se le concedan poderes sobrenaturales, no es mas que los dos segundos de un córner bien tirado que pasan entre un pie, un balón y una cabeza. Lo demás son excusas inventadas de unos pocos interesados en cualquier cosas menos fútbol, a los que no deberíamos hacer ni caso.

Cuando un equipo es muy superior suele ceder a la vergüenza torera. Si, definitivamente la política no tiene que ver con el futbol. Es mucho mas cabrona.

¡Animo Grecia!

sábado, 23 de mayo de 2015

LA LIBERTAD DE JUGAR: "OFFSIDE" DE JAFAR PAHANI


Cuando surge en una conversación sobre futbol el cine, la gente suele recordar "Evasión o victoria". Y esto dice mucho de la eterna mala relación entre estos dos espectáculos, porque aunque los dos hablen de la vida, también comparten esa transacción hacia la butaca que es comprar una entrada:"Evasión o victoria" no es una película de fútbol. "Offside", aunque denuncie problemas profundos y graves en clave de comedia, si lo es.

Jafar Panahi, Irani, director de esta película, también de esa nacionalidad, comenzó a idear el proyecto al observar la pasión frustrada por un gobierno retrógado de su hija por el fútbol: algo tan habitual en Occidente como entrar en un estadio de fútbol, le fue imposible.
Cuando aquí los "culturetas" se hubieran echado las manos a la cabeza, con el odio al fútbol por bandera, al unir cinefilia y 22 tíos persiguiendo un balón, allí, Panahi lo naturaliza llegando a la pura esencia de este deporte bello, la pasión por el juego, la pasión por un gol. Cuando aquí damos trascendencia a un balón, Panahi lo pone en su sitio, lo aleja de los problemas. Cuando aquí es excusa de insultos y preocupaciones, allí es un sueño infantil. Aquí algunos aficionados son ridículos, en la película esa afición es sana y natural, y lo ridículo es todo lo demás. Y todo eso sin que aparezca un solo balón.

Las lecciones de las niñas a los soldados, realmente los que están, de manera cándida, en fuera de juego, se podrían extender a los que le dan demasiado importancia al balón. Solo quieren ver fútbol.

Es muy divertido, aunque con un fondo tristisimo, observar como el soldado raso que esta al mando de las prisioneras (si, prisioneras por intentar entrar a un estadio) no termina de entender el sentido de lo que esta haciendo. Su única preocupación es la bronca que le echará su jefe como se le escape alguna, cuando al mismo tiempo lo que desea es interactuar con ellas, vivir ese fenómeno sincrético y liberador que es el fútbol junto a unas simpáticas y apasionadas chicas.

El director, siempre dando espacio a los dialogos aparentemente triviales, sin embargo situa la camara siempre en "offside", siempre prisionera, sin observar nunca el supuesto objeto de deseo de las niñas. Es la manera que tiene de recordarnos que esta hablando de un problema muy serio. Salvo el principio, la llegada camuflada al estadio, y el final, cuando las protagonistas se unen, fuego en mano, a la algarabía general, el objetivo se instala en espacios limitados al margen de los ambientes generales, lo que nos recuerda la claustrofobia y marginalidad que debe sentir la mujer en estos países.

La vida es un juego difícil en Irán y mas para las mujeres, Pero sabemos que por lo menos, ellas no tienen la escala de valores estropeada, tienen la sabiduría "ingenua" e innata que les hace distinguir lo verdaderamente importante y que no tienen, la libertad de disfrutar de un excelente juego.En fin, de hacer lo que les gusta.

viernes, 15 de mayo de 2015

EL TIEMPO ENTRETENIDO

"Para mi, lo único que tiene sentido en la vida es distraer a la gente"
Woody Allen


En la vida solo tiene sentido distraer a la gente"

En el bar, algunos que daban un pequeño descanso a la conversación general, vieron en algunas de las esquinas iluminadas del techo un balón volar sin saber muy bien a donde iba. Allí, mirada alta, también comprobaron que un super atleta, en el cielo madrileño le dio una orden, sin saber muy bien si sería atendida, confiando también en la casualidad. A continuación observaron con creciente interés, como el niño bueno dio espacio a su picardia, tan necesariamente aprendida, y como este corrio a apropiarse aquel balón aparentemente inofensivo, con el aura del que se siente elegido, con el pelo colocado como si llevara uniforme y bártulos colegiales. La gente del bar, incluso los asomados a sus ventanas, olvidados ya casi todos de sus dialécticas absurdas, comprobó que la falta de estilo del niño bueno puede dar espacio al utilitarismo feo pero efectivo.
Alguno soñó con perder la razón, la comprobación en práctica de sus opiniones, cuando vio volar en estirada a la ahora excusa para sus alivios cotidianos. Y al mismo tiempo que aquellos abrazaban una razón que ya no querían, el bar se silencio.
No es mas que futbol, un balón perseguido como boya que te sujeta a la vida. Y el silencio, como los gritos, provocados por igual al traspasar el balón la linea, simbolo de que estamos vivos, para lo bueno y para lo malo.
Woody Allen se jacta de hacernos reir, y con razón. La vida pasa y el nos la llena y se la llena. Pero lo hace tambíén provocando silencios compartidos en la oscuridad, interrumpidos por gritos en forma de risa.
Silencios y gritos. Los provocan historias que se cuentan, asilvestradamente vivas o domesticadamente estudiadas. Quizá ahí este la respuesta, la negación implícita de las grandes cuestiones de la vida, en abrazar las cosas que te hacen pasar el tiempo entretenido.

Una boya, historia de Hilo Moreno

viernes, 23 de mayo de 2014

LAGRIMAS PASE LO QUE PASE

“Habiendo tenido la Copa entre las manos... No descansamos nada por el estrés y la decepción. No se me olvida la cara de Luis Aragonés, destrozado, aunque como uno de los veteranos tratara de animar a los demás..."
Eusebio, jugador de aquel Atlético de Madrid que jugó la final del '74 hablando de los momentos posteriores al empate a uno contra el Bayern Munich

La Copa de Europa se ha convertido en la Copa de los Millones. Excepto la final Monaco-Oporto del 2004, siempre han llegado los mas ricos en los últimos años. Excepto ahora, el Atlético, un paso por detrás de los colosos europeos, incluso del Borussia Dortmund, en cuanto a moneda se refiere. La ley Bosman y la superprofesionalización han arrastrado la competición a algo parecido a lo que intento impulsar Florentino Perez y supuso la fricción mas importante entre el Madrid de Florentino y la UEFA: una liga europea, el famoso G20, parecida a la que hace la FIBA, esta sin embargo, con la ansiada por algunos, autonomía de las ligas nacionales. Esto es atractivo. Se han conseguido multiplicar duelos de enjundia entre clasicos europeos sin que estos pierdan importancia, categoría y aura. Conseguimos ver partidos de manera asidua que antes necesitaban lustros y décadas para volver a repetirse. Un fantástico himno y una imagen calculada y con aires de exclusividad han convertido la Champions en una competición ejemplar en cuanto apariencia, épica y mística se refiere, en donde a veces se ven los duelos mas atractivos, entre semana, que se pueden ver ahora mismo en el fútbol mundial.
Si la final de este año sostiene este aura y si la competición es completamente perfecta son cuestiones que vuelan en el aire para que cada uno las coja según le parezca. Para mi, si damos un salto de la península ibérica al centro de Europa es una final mas, como lo fue la del año pasado entre alemanes, y la competición es demasiado imperfecta. Pero, eso si, sigue siendo fútbol, un juego caprichoso. Si, ese que de vez en cuando no quiere saber nada de despachos y se encapricha con un trozo de madera pintado de blanco, con un trozo de cuerda o convierte al balón en un Cesar epiléptico.
Y ahí estamos, viéndolo desde nuestra atalaya ibérica, abrigados al calor de nuestra ciudad hacia el cielo de Lisboa donde esta final es magnifica, acojonados los unos y los otros. La final va a ser dramática en todos los escenarios posibles y terminará provocando lágrimas pase lo que pase.

Luis lanza de falta para marcar el 1-0 en la final de la copa de europa de '74
Ninguno de los dos equipos esta libre de mancha. Los dos tienen defectos. El fútbol total del Barcelona ha entrado en depresión, ha dado paso a un fútbol mucho mas terrenal y primario. Defensa y aprovechar las oportunidades. Vamos, lo que vimos básicamente, en diferentes versiones y salvando episodios como el Madrid de Zidane o el Ajax de Van Gaal, (los cinco delanteros quedan lejos) durante la década de los '90 y parte de la década siguiente. Y si no lo creen repasen los mundiales, que suelen ser termómetros que miden en que grados se sitúa el fútbol del momento. Es verdad que el Madrid tiene ventaja en cuanto a jugadores ya que Cristiano y Bale, son dos maquinas capaces de ganar un partido ellos solos, sobretodo si tienen campo por delante pero los dos son equipos rocosos, conocedores del entrejuego y amigos del contrataque y la transición rápida. Y el Atlético se asoma por delante en cuanto a conjunción, solidez de estilo y jugadas de estrategia: el astuto Simeone sabe que los partidos se ganan en los segundos que pasan desde la caricia del golpe franco de Coke a la cabeza de Godín. Es un partido algo enigmático vistos los precedentes en liga y copa. Quizá el Madrid jugó sus dos mejores partidos junto con el del Bayern en la Copa contra el Atlético. Eso y su potencial ofensivo individual, para mi, lo convierten en favorito.

Pero no nos podemos olvidar del aspecto psicológico. Lo que abraza la mística de la Copa de Europa. Los astros se alinean en ese sentido para el Atlético de Madrid, pero también los quiere para sí el Madrid, autoproclamado, no sin razón, rey de Europa, y que entiende la competición, a veces de forma errónea, como una obligación mas que como una pasión y que lleva 12 años sin llegar a una final.
El Atleti perdió una, la única y de manera dramática en el 74 (contra el todopoderoso Bayern del innovador Beckenbauer, que ganaría las dos siguientes contra el Leeds y el Saint Etienne, siendo el único junto al Liverpool que lo ha conseguido, y quedándose la Copa en propiedad) quizá iniciándose así la leyenda del "pupas". Cuando faltaban 6 minutos para el final de la prorroga marcó el jugador conocido como Luis (si, Aragones) un gol de falta que colocaba al Atleti al borde la gloria. Cuando quedaban apenas 30 segundos para el final llegó el gol de Schwarzenbeck. Como no había penaltis (inmortalizados después por Panenka en la Eurocopa del '76 frente a Alemania) se jugó un singular partido de desempate en el que el entrenador del Atleti rompió el prolegómeno de poner en el cassette el "Viva España" y pasar antes del partido por una funeraria con el autobús (cosas de la España cañí) ante el hundimiento generalizado de la plantilla. Perdieron 4-0 ante un equipo mucho mas preparado, física y mentalmente para un canto en el camino. Ahora es como si el joven Luis y el viejo sabio se uniesen en el tiempo (y en el cielo) para devolver esa copa de Europa "robada" en un último suspiro. Quien sabe si fue después de esa tremenda decepción en la prorroga cuando se gestó en Zapatones esa firme convicción: "Ganar, ganar y ganar, y volver a ganar"
Zizou engancha el balón para marcar el gol que dio la última copa de europa al madrid

La histora del Madrid es mas rica y mas complicada, aunque también destila dramatismo si la miramos desde la óptica de su autoexigencia. Para el entorno que vive como suyo las vicisitudes del Real Madrid ha sido muy duro el lustro de victorias Barcelonistas, por su forma y su fondo. Es decir, no solo ha dolido la manera en que se han forjado esos triunfos si no también el trasfondo político en donde se han gestado donde nunca las instituciones han estado mas cerca del Barcelona que ahora. El Madrid, finalmente ha hecho lo que quería, aislarse, pero quizá en la dirección errónea. En este tapiz, la derrota, en su cacareado terreno, frente a otro rival directo, sería algo así como tener que asumir (aunque para el imaginario blanco la palabra asumir hace años que se borró del diccionario y por las noches recuperan el Necronomicon de las palabras prohibidas, cuando aparecen los fantasmas) que han ganado, mas o menos, las mismas Copas de Europa en el nuevo siglo que sus rivales nacionales. Quizá la grandeza del Madrid esta en no aceptar la realidad pero dejemos eso para la ambición de sus futbolistas. El Madrid institucionalmente, haría bien en aceptar las reglas del juego y asumir las derrotas igual que hace con las victorias.

Y que gane, verdaderamente y aunque lo desconozcamos, el mejor.




miércoles, 16 de abril de 2014

¿UN RESQUICIO DE MODERNIDAD?


La jornada en que se confirmó la debacle barcelonista y el favoritismo atlético la imagen de la jornada se alejó de la casuística competitiva y se arrimó al terreno de la pura comedia. Sobre que imagen se acerca mas a la realidad, si la de arriba o la de hace unos días cuando el hombre de las gafas, Germán Burgos, quiso comerse literalmente al arbitro en un partido e hicieron falta mas de seis personas para pararle, no me pronuncio (seguramente ninguna), pero entre ellas un abismo.
En otros deportes, mucho mas sofisticadas en cuanto a reglamento y arbitraje todavía no llevan Google Glass, pero un comportamiento parecido al del "Mono" Burgos aquel día de los seis empujadores, es castigado economicamente. No deja de ser cómico. Se me vienen las imágenes a la cabeza una detrás de la otra y pasó de la risa al sudor frío imaginandome que viene a por mi.
Desconozco que hay detrás de la iniciativa de la LFP, Mediapro y la Universidad Católica de Murcia, desde luego la publicidad es buena cuando salieron a la venta el día 14 en Estados Unidos. El elegido no es casual ¿Quién conoce al segundo del Madrid o del Barça? Necesitaban un tío que llamase la atención y desde luego lo han conseguido. La imagen la tienen. Y es muy graciosa.
Sin embargo es paradójico y una perdida de tiempo preocuparse de estas modas (que por otro lado tendrán un posicionamiento natural en la sociedad)cuando no se es posible utilizar la misma tecnología para resolver los problemas graves del fútbol y de la liga española. ¿Para cuando un sistema tipo ojo de halcón  para las lineas y fueras de juego? ¿Para cuando sanciones ejemplares para los teatreros y violentos? Déjense de chorradas y no nos tomen el pelo.

jueves, 3 de abril de 2014

NIHILISMO: MALICK Y "TRUE DETECTIVE"

“No puedo decir que el trabajo me hizo ser de esta manera. Al contrario, ser como soy fue lo que me hizo adecuado para este trabajo. Antes solía pensar más al respecto, pero cuando llegas a cierta edad ya sabes quién eres. Ahora vivo en una pequeña habitación en el medio del campo, detrás de un bar, trabajo 4 noches a la semana y, en el medio, bebo. No hay nadie que me detenga. Sé quién soy y, después de todos estos años, puedo decir que hay una cierta victoria en ello”.
Rust Cohle a quien interpreta Matthew McConaughey en la serie "True detective"



Dos mundos se cruzan en "La delgada linea roja"
El anterior domingo regalaban con el diario El Mundo la película "La delgada linea roja" film bélico de Terrence Malick (cineasta poco prolífico e inclasificable, aunque formalmente clásico, del que desgraciadamente no he tenido fuerzas todavía de ver sus dos últimas películas). Recuerdo que se estrenó el mismo año que "Salvar al soldado Ryan" de Speilberg y cuando la ví y la disfruté, pensé que el Rey Midas podía esperar. Además de estar rodada magníficamente desprendía unas ideas filosóficas muy particulares. Para mi era otra época. Cándida. Me encantó.

El domingo, como decía, me disponía a amodorrarme en el sofá y disfrutar de una tarde llenada por horas de buen cine. Fue como una patada en los cojones. Esta es una de las razones por las que las buenas películas hay que verlas dos veces, nunca son iguales (aunque tengas que tener especial cuidado dependiendo de la película y tu estado de ánimo).
El nihilismo puede ser en tu juventud un juego, una visión teórica y retórica, alejada de la vida práctica. Cuando pasan diez años, con sus vicisitudes y experiencias, se puede convertir en una verdad incómoda.
Sin embargo es reconfortante ver que existen personas con parecidos razonamientos que los que tu atisbas lejanamente y los desarrollan de forma brillante. O sea en la linea nihilista de la película de Malick. Es el caso del guionista y creador de "True detective", Nic Pizzolatto. Fantástica serie muy recomendable, y poseída por un torrente de emociones en forma de arrolladora actuación por parte de Matthew McConaughey. Un héroe fantástico.
He aquí, algunas de sus frases, las cuales acompaño de la cruda declaración de estilo de vida del encabezamiento:

Joven y...
...tras el paso de los años


“Si lo único que hace que una persona sea decente es la esperanza de una recompensa divina, entonces, hermano, esa persona es un pedazo de mierda, y me gustaría que salieran a luz cuantas más de ellas mejor. ¿Tienes que juntarte con otros y contarte historias que violan cada ley del universo sólo para poder superar el maldito día? ¿Qué dice eso de tu realidad?”

“He visto el final de miles de vidas. Jóvenes, viejos, cada uno tan seguro de su propia realidad, de que su experiencia sensorial constituye algo único e individual, algo con un propósito y un significado. Tan seguros de que son algo más que una marioneta biológica. Bueno, la verdad siempre sale a luz y todos la ven. Una vez que las cuerdas se cortan todos terminan derrumbándose”

"Tú, tú mismo, todo este gran drama, nunca fue más que un burdo engaño de la arrogancia y la estúpida voluntad, y puedes simplemente liberarte de todo eso, finalmente darte cuenta que no tienes que aferrarte tan fuerte. Darte cuenta de que toda tu vida, todo lo que amas, lo que odias, tus memorias, todo tu dolor, era parte de una misma cosa. Era todo un mismo sueño, un sueño que albergaste dentro de una habitación cerrada, un sueño acerca de ser una persona. Y como en muchos sueños, en el final hay un monstruo”.

“Creo que la conciencia humana fue un trágico paso en falso de la evolución. Nos volvimos demasiado conscientes de nosotros mismos, la naturaleza creó un aspecto separado de ella, somos criaturas que no deberíamos existir de acuerdo a la ley natural. Somos cosas que funcionan bajo la ilusión de tener un ser propio, una acumulación de experiencias sensoriales y sentimientos, programada para asegurarnos que somos alguien, cuando en realidad nadie es nadie. Quizás lo más honorable que podríamos hacer como especie es negar esa programación, dejar de reproducirnos, caminar de la mano hacia nuestra propia extinción, una última noche, hermanos y hermanas, excluyéndonos voluntariamente de un contrato injusto”.

“Este es un mundo en el que nada nunca se resuelve. Alguien una vez me dijo: ‘el tiempo es un círculo plano’. Todo lo que hemos hecho y todo lo haremos, lo repetiremos una y otra vez. Y ese pequeño niño y esa niña, estarán en esa habitación una y otra vez, una y otra vez, para siempre”.

Pues eso, magníficas y para mi muy acertadas, pero como una patada en los cojones en un tranquilo dia de domingo.

miércoles, 2 de abril de 2014

EL OBJETO DE LA OBJETIVIDAD

Un compañero me decía estos dias, con los gigantescos enfrentamientos entre los mejores equipos de futbol de España como telón de fondo y las discusiones arbitrales como chivo expiatorio, que el aficionado al futbol era un ser completamente alejado de la objetividad. El interés propio reinaba, decía resignado, en las conversaciones futbolísticas. Lo primero que me pregunté es si se incluia él mismo o no
Luego leí un articulo en el que se hablaba precisamente de esto. Venía a decir que el disfrute del juego se vería menguado si nuestro equipo no aparecia en las rondas finales de la Copa de Europa. Nuestro interés en el futbol decaería si no podemos defender en tertulias, reuniones, discusiones, un equipo, algo nuestro. Nuestra subjetividad, entonces, es clave para poder disfrutar de este deporte (Aqui he de añadir que el articulo estaba escrito, entiendo yo, con cierta ironia inglesa).
En este punto recordé que en la Eurocopa de 1988, cuando yo tenía ocho años, mi desilusión fue tal por la eliminación de España en primera ronda, por la poca atracción de, en aquellos años, "la furia", que para las semifinales me fabriqué una gigantesca bandera de Holanda.
Es necesario ese pequeño ingrediente que nos introducimos levemente cuando vemos futbol a nosotros, pobres mortales, para sentir la competición nuestra. Necesitamos, entonces, competir. Aunque no influyamos en el resultado.
El articulo de John Carlin, como casi siempre, tenia mucha guasa en su interior. Esta bien animar a un equipo y disfrutar con ello. Es una parte mas, e importante, de nuestro disfrute personal de un deporte, seamos parte activa o no.
Pero vamos a hablar en serio, ¿Es que acaso Simeone no es, a la fuerza, objetivo cuando construye su equipo consciente de sus limitaciones económicas? ¿Y si Simeone es objetivo, que se juega su prestigio profesional, no lo pueden ser los seguidores del Atleti?
Mi creencia personal es que se sufre menos cuanto mas objetivos intentamos ser. El aficionado subjetivo puede vivir sumido en una insatisfacción futbolera permanente (si no lo esta ahora lo estará) fomentada por la prensa. Esa subjetividad no le permite disfrutar del futbol como espectáculo, como placer para la vista. Y que no es imposible ser objetivo a medida que nos desprendemos de fanatismo e intentamos apartarnos un poco de los dimes y diretes, de, en definitiva, los cliches y tópicos futbolísticos fomentados por los periodistas.

lunes, 24 de marzo de 2014

INIESTA Y MESSI SE OCUPAN DEL RESTO

Podríamos empezar a hablar de los árbitros, de los penaltis inexistentes y de los justos. Podríamos empezar citando las palabras vacuas de Ramos y Cristiano al final del partido, comprensibles hasta cierto punto, pero infantiles, egocéntricas y equivocadas al dar por hecho que al Madrid le tienen envidia cuando las tendencias indican lo contrario: poca gente les imita (Hay que ver donde estamos si el discurso madridista se empobrece de esa manera y Cristiano y Ramos, que casualidad, son sus portavoces). Se podría empezar a hablar de la abulia de Neymar Jr. y lo que significa. De la dimisión de Cristiano en beneficio de Benzema y Bale. De la vejez futbolística de Xavi. De la poca elaboración del juego madridista, herencia de Mourinho. De la debilidad defensiva del Barcelona. Se podría empezar por decir que fue un partidazo. Un señor partido con varios cuadros, y a pesar de lo que digan los eternamente cabreados, que recurriran al tópico del gol igual a fallo (a ellos les recordaremos que el partido perfecto, siguiendo esa máxima, sería un 0-0) un digno espectaculo acorde con lo que se supone que debería ser un Clasico.
Pero a pesar de la cantidad de situaciones y protagonistas susceptibles de analisis que genera un clasico, creo que lo verdaderamente justo sería empezar, y posiblemente terminar, hablando de dos personajes que después de todo, sorprendentemente, salen casi de puntillas cuando se quieren explicar las razones del resultado. Las causas de un 3-4 pueden ser amplias, seguramente un resultado de fútbol tenga algo de indescifrable, cualidad que lo hace muy atractivo al espectador. En el influyen desde una brizna mal cortada del campo hasta la tostada que se desayuno Diego Lopez esa mañana. Pero quiero pensar que las cualidades de los jugadores tienen algo de culpa en eso y ayer hubo dos por encima del resto: Iniesta y Messi.
Fue un partido igualado, con ocasiones para los dos equipos. De esos que duele perder, porque durante el trascurso lo has podido ganar. De esos que no tienen un gran dominador, luchados a cara de perro como una final. De esos en los que es fácil trasformar una jugada sublime de Iniesta con caño incluido a Xabi Alonso en un error arbitral, para desgracia del fútbol, porque estas tan cerca de ganar o de perder que la rabia no te permite darte cuenta del prodigio al que acabas de asistir. Un partido en el que el mejor jugador del mundo se viste de Le Corbusier para trazar lineas racionalistas que rompen las estructuras blancas, en momentos de grandísima dificultad, cuando se lucha de poder a poder, asi, como el que no quiere la cosa.
Un partido en el que los tácticos no sirven, los precedentes tampoco. Y ahí surgen, para ocuparse de las pequeñas cosas, los dioses del fútbol.

jueves, 20 de marzo de 2014

INDEPENDIENTE NO TAN LOCO

Entrevista a Loquillo en "Viajando con Chester"


Parece que el personaje conocido por Risto (desconozco si ese es su verdadero nombre), alter ego televisivo de un publicista de prestigio, ha encontrado el lugar que buscaba después de asfixiarlo durante su etapa en OT. Hombre listo y preparado, de lengua rápida, estaba por ver, después de un breve intento hace unos años, si era capaz de sacar adelante un programa el solo (la vez anterior en G-20 parecía que sufría el estigma Gabilondo, incomodo ante la cámara). Pero ahora no mira a la cámara y eso le da libertad para conversar. Ahora no es maleducado, es incisivo y descarado. Ahora tiene un modelo (él hace la versión almibarada), que es Jordi Évole. Definitivamente conduce, con acierto, un programa de televisión interesante.
Los entrevistados se sienten cómodos física y emocionalmente. Se amodorran en el sillón y no se sienten atacados al estilo la Sexta. Risto no intenta ponerlos en evidencia si no que sosegadamente, haciendo gala de dotes equilibristas y de tolerancia, les conduce a su terreno (el del entrevistado, nótese la paradoja). Este se siente a gusto hablando de si mismo y no sintiéndose censurado.

Loquillo, ex jugador de baloncesto además de cantante y compositor, siempre fue un personaje jugoso para la prensa y en este formato no iba a ser menos. Quizá ha perdido vigencia, espacio en primera linea, pero sigue manteniendo presencia y puesta en escena y dijo cosas interesantes. A través del personaje modelo estrella del rock aburguesada, discutible, pero ya socialmente aceptado, se permitió licencias tradicionalistas (vida sana y familiar), sin renegar de sus épocas mas salvajes. Equilibrio, inteligencia para aguantar la vida, lógica y razón mas que los principios extremos del rock. Ya lo dice la historia de la música, los rockeros aguantan esa vida solo hasta los 26 pero nos han vendido que el rock también se puede ejercer de viejo. Bueno, venga vale, aceptamos. Sobretodo cuando el discurso es serio y sin fisuras (para comprobar las fisuras de los discursos post-rock, el libro "Jinetes en la tormenta" de Diego A. Manrique).

Sus ideas podrán ser discutibles pero el rock le ha dado independencia. No de esa que nos intenta vender Artur Mas, que no se para que sirve, si no de la autentica y personal. La que te hace caminar con la cabeza alta. Y en un país que no entiende el termino medio regido por la independencia de ideas, la moderación y la razón motivadas por el instinto de supervivencia que pretende huir de la brega, ha tenido que emigrar de su amada Barcelona por no aceptar la terrible herencia española de posicionarse en uno u otro bando y que los catalanes, tan avanzados ellos, demuestran poseer haciendo gala de españolidad en ejercicio de catalanidad.

"...cuando hay división civil, si a eso se le añade salidas de tono de los politicos, hay enfrentamiento, si hay enfrentamiento, hay lio. Cuando hay lio uno tiene que coger y largarse. Yo me fui hace mucho tiempo [de Cataluña] para no estar en un fuego cruzado porque por un lado se me acusaba a mi de una cosa y por el otro se me utilizaba en otra" Son palabras de Loquillo y demuestran independencia en tiempos en los que las masas, dependientes de los lideres que aparecen por televisión vociferando mas o menos., salen a pedirla a la calle con rostro desencajado, sin saber, que lo que son realmente es un intrumento para fines mas personales que comunes y que su independencia personal, seguramente no crecerá.


lunes, 10 de marzo de 2014

EL VIAJE TRANQUILO

Que gustito da imaginarse viajando, hacia ningún lugar determinado, a la vez que escuchas el último disco de Beck (Morning Phase). Que gusto asomar la cabeza por encima del parabrisas del coche, simplemente por el placer de sentirse transportar.
Así me sentiría yo, ahora mismo, si fuera aficionado del Madrid. Me imaginaría pasando por una carretera pegada a la playa, de pie, con la cara cortando el viento, en un coche conducido por Carletto escuchando a Beck. Carlo, con media sonrisa pero sin torcer el gesto y con Zidane de copiloto. Carlo Ancelotti es ahora como aquel amigo en el que puedes confiar porque nunca se toma una copa de mas y no aquel que te estropea la noche por una frase de mas. Eso en el Madrid de los últimos tiempos, punzante, es decir mucho. Siempre con un pie en el problema y otro en la solución demuestra una diplomacia y una moderación, que unidos a una excepcional gestión del tiempo, resultan balsámicas. Es ese amigo maduro y responsable que además siempre tiene tiempo para la diversión, quizá con poco sentido del humor pero entrañable. Con elegancia, dejando pasar el tiempo, sin entrar en discusiones rebate argumentos limitrofes, por no decir agresivos y se lleva la razón incluso con decisiones arriesgadas.
Pero no solo demuestra pericia en el trato humano. Después de las dudas iniciales y deshacerse de Ozil (otra decisión que se esta demostrando acertada con el tiempo) ha armado un equipo solido y respondiendo al equilibrio y la moderación que destila, sin alardes (esto por favor se relativice cuando se observe a Cristiano y Bale, claro). Muestra brillantez mezclando de nuevo riesgo y sentido común en sus decisiones tácticas durante los partidos cuando desvia el rumbo del derbi liguero en el Calderón (2-2) cambiando a sus dos laterales. Algunos, con razón, dirán que era obvio, pero les reto a que me muestren un partido de elite en el que el entrenador cambie a sus dos laterales al mismo tiempo por cuestiones tácticas, no fisicas, y que de tan buen resultado, revalorizando así una posición anecdótica en el campo. Los resultados mandarán como siempre (tampoco es que le hagan falta a Ancelotti) pero a mi me huele a gran entrenador.








miércoles, 5 de febrero de 2014

CUANDO EL FONDO PUEDE A LA FORMA




Habla Michael Robinson, ex jugador de Liverpool y Osasuna entre otros y ahora comentarista deportivo, de lo gozoso que era charlar con Luis Aragones de fútbol. Hombre criado al olor de hierba humeda ("Lo más agradable es dedicarme a esta profesión. Sólo con pisar un campo me encandila, el olor a hierba"), dice Michael sin embargo, que cuando le sacabas de su ambiente futbolístico se le notaba perdido.
Estamos ante un hombre que irritó a toda una nación como Gran Bretaña, desmantelando sus contradicciones, por denostar las convenciones de las formas inglesas ("Dígale de mi parte a ese negro que usted es mejor que él") , ante un hombre que no atendía a la apariencia ("Yo creo que un entrenador debe de ir en chándal a los partidos") si podía sacar todo el jugo de sus chicos ganandose su confianza con su imagen de abuelo cascarrabias y aparentemente despistado (Wallace -refiriendose a Ballack-, ¿como esta usted?), genial trasvase de presión antes de una final.

Personalmente no me gustan los chandals. Tampoco los entrenadores con traje de Oscars. Creo que se puede ir de sport sin tener que llevar chandal. Quizá Luis sea ejemplo de esa máxima que repetía mi abuelo y que dice que el deporte embrutece ya que no me lo imagino al día en cuestiones culturales. Sin embargo ha demostrado que para ganar la Eurocopa de futbol no hace falta ser Guardiola. El futbol se puede mezclar con el arte, se debe, diría yo, pero su valor intrinseco sigue siendo unicamente el juego y su mística.

No era un hombre educado "A mí me van a dar un ramo de flores, que no me cabe por el culo ni el bigote de una gamba" "Digo más veces vete a tomar por culo que buenos días" pero era noble "Máteme usted pero no me mienta" y muy apreciado por los jugadores ("Tienen un día libre después del partido con sus mujeres y lo que sea, tienen libre. Pueden hacer lo que quieran y lo que deseen... Primero porque estar conmigo es para cagarse"

Esta es una de las máximas en las que basó su trabajo en la selección (su gran obra y que me perdone el Atletico de Madrid), la relación con los jugadores. Los otros dos son el sentido de club ("Me gustaría que la selección tuviera un nombre, una identidad. Igual que Brasil es la canarinha o Argentina la albiceleste, me gustaría que España fuera La Roja" y la obsesión con ganar ("Las finales no se juegan, se ganan", "Y ganar, y ganar, y ganar, y volver a ganar, y ganar, y ganar, y ganar, y eso es el fútbol, señores").

Luis sintió la necesidad de ganar de una vez por todas con un pais futbolístico por antonomasia al que le faltaba el gen ganador y tuvo la inteligencia suficiente para lograrlo adaptándose a una generación irrepetible de futbolistas. Es la demostración de la supremacía del fondo sobre la forma.
Me gustaría que la selección tuviera un nombre, una identidad. Igual que Brasil es la canarinha o Argentina la albiceleste, me gustaría que España fuera La Roja"
"Me gustaría que la selección tuviera un nombre, una identidad. Igual que Brasil es la canarinha o Argentina la albiceleste, me gustaría que España fuera La Roja"


Leer más:Muere Luis Aragonés: las mejores frases de 'El Sabio de Hortaleza' - MARCA.com
"Me gustaría que la selección tuviera un nombre, una identidad. Igual que Brasil es la canarinha o Argentina la albiceleste, me gustaría que España fuera La Roja"
"Me gustaría que la selección tuviera un nombre, una identidad. Igual que Brasil es la canarinha o Argentina la albiceleste, me gustaría que España fuera La Roja"


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domingo, 2 de febrero de 2014

ZAPATONES




¡El tiempo presente es un cabrón! Estruja el momento y luego lo deja tirado en su imparable andar sin dejar espacio a análisis o conclusiones. El pasado es, por el contrario, amable, demasiado amable, tanto que pierde fuerza en su nostalgia: aquel que hubiese osado decir un mes antes de la Eurocopa de 2008 que España se disponía a ganar Euro-Mundial-Euro se hubiera llevado una gran risotada general y una colleja (si, así era nuestro carácter ganador antes de Luis), algo que ahora se asimila de manera natural sembrando dudas sobre las posibilidades en la siguiente cita (si, así es nuestra soberbia ahora).
Es por eso que quizá existan los trofeos. Es posible que ahí radique el sentido de las victorias deportivas: poder esquivar al presente para inscribirse en la eternidad. 
Creo que esto Luis lo entendió muy bien y ahora, con perspectiva, recuerdo la arenga a Reyes y lo que significaba. A ver si el chaval de Utrera se nos iba a venir abajo deslumbrado por salir de nuestras fronteras, donde casi no hay negros. La alterada respuesta de Inglaterra, la relaciono ahora con el pavor y la envidia a las generaciones que explotaban por fin en la España soleada. Ladran luego cabalgamos, decían.
Las caras de los jugadores actuales criados en España son diferentes que las de hace unos años, ha desaparecido el miedo, la impresión. Y se han sustituido por una clamorosa seguridad en si mismos. La misma que tienen cuando emigran a las ligas mas difíciles, a los países mas difíciles. Las caras de los jugadores se lo deben a Luis.
Las victorias pronto se convierten en pasado, "Zapatones", algunos minimizarán su dimensión, pero tranquilo Luis, los trofeos aquí se quedan.

domingo, 29 de diciembre de 2013

VERDADES PUERILES

El día antes tu madre te había echado la bronca por llegar con el jersey lleno de tierra y restos de hojas de plátanos, el árbol que abunda por Madrid. Por eso, en la calentura ajetreada de la salida al patio del colegio del día siguiente, risas, llantos, sudor infantil y energía, te sumergías un instante en la frialdad disimulada para camuflar tu mochila, que contenía el preciado jersey, en un rincón poco accesible. Daba igual cuando de lo que se trata es de encontrar una portería. Sirve el palo de una canasta y solamente un contenedor textil de nuestras supuestas responsabilidades. La cuestión de la pelota era también fácil a pesar de la prohibición de usar balones de reglamento en el Liceo Italiano. Cualquiera tenía una pelota de tenis. La verdad es que todo era fácil a esas edades, por esos lares.
El arbitraje (siempre el arbitraje) se hacía, en contra, farragoso. Las faltas ¡Fuera del area!, los penaltis, los fuera de banda ¡Ha salido! Los largueros eran un problema. Desataba nuestras pasiones. Existía el juego duro, incluso las peleas. Pero al fin y al cabo siempre conseguíamos autoarbitrarnos de alguna manera.
En lo que nunca disentíamos, a pesar de los jetas, era si sobre la pelota había pasado por delante o por detrás del palo de la canasta. Incluso los listillos claudicaban finalmente con una media sonrisa picarona.
Sin embargo, en octubre de este año, en Alemania, en un estadio cerrado y ante miles de personas, sucedió un hecho insólito e inquietante que negó, sorprendentemente, estas pequeñas verdades pueriles.


El balón después de un cabezazo tras un corner se fue claramente por detrás de un palo vertical perfectamente visible. Después la casualidad hizo que se colara dentro de la portería por un nudo mal hecho. Hasta ahí todo aceptable, errores permitidos e incluso con un toque de humor. Lo que ya no tuvo tanta gracia fue que el arbitro concediera el gol para el Bayer Leverkusen modificando el resultado final ¡Estamos hablando de la liga alemana!
Las lecturas sobre este hecho son tenebrosas. No solo hablan de la incompetencia arbitral, ya no solo personalizada en los trencillas, sino en los despachos de árbitros "puretas" que crean el caldo de cultivo para que estas cosas ocurran y nadie, entre miles de personas (¡Ojo! Que lo han visto in situ) tenga la suficiente cabeza y poder para subsanarlo.
También inquietan sobre hasta que punto se puede llevar la picaresca: los jugadores del Bayer celebraron gol cuando el arbitro pitó, ni cortos ni perezosos, cuando todos habían visto lo que había ocurrido. Prefirieron ganar a toda costa.
Y existe otro hecho terrible que no logro entender. Puede que a una persona entre mil le engañe la vista, puede que cien entre mil tengan dudas, pero esta claro que al cabo de uno o dos minutos de que ocurra un hecho así, con una batería de cámaras que escupen la repetición al momento a través de televisores, móviles o tabletas y miles de personas viéndolo in situ, el hecho no ofrece dudas. El balón no entra. No es gol. Es decir que el arbitro, en un espacio de uno o dos minutos tenía el conocimiento suficiente para anular el gol y hacer justicia. ¿Que terribles fuerzas hacen que no se retracte? ¿Orgullo arbitral? ¿Pereza arbitral? ¿Temor arbitral? ¿Incompetencia arbitral? En cualquier caso esto es un misterio arbitral.

                                            

martes, 3 de diciembre de 2013

EL CORAZÓN TAMBIÉN MANEJA EL CUERO

Las crónicas de este día hablarán de un equipo en crisis, a pesar de perder un partido (Athletic Club 1 -Muniain- - F.C.Barcelona 0) de quince posibles en la liga española. Los periodistas de colmillo retorcido, parapetados tras la manada a su vez protegida por micrófonos, pincharán al inexperto en temas cavernarios. El "Tata" intentará dar explicaciones, sin exito, de algo que quizá todavía le cueste comprender. Cómo un equipo que viene de arrasar en la gira por la devaluada clase media de la liga española claudica ante dos conjuntos a primera vista muy inferiores. Uno repleto de jóvenes imberbes de cara ingenua y otro construido solo por jugadores en cien kilómetros a la redonda.
Pero Gerardo Martino. argentino, sudamericano, debería saber que estas cosas pasan. Que una vez que empieza el balón a correr la técnica tiene una disputa con el alma. El pie se divide entre acariciar un esférico o agitarlo, que las dos cosas le gustan. Quizá los que no lo saben (o no lo quieren saber) son los del colmillo retorcido.


Es interesante lo que propone, todavía sin apoyos, el Tata en el Barcelona. O por lo menos lo que yo entiendo que pretende, quizá me equivoque. Algo parecido a lo que hizo Del Bosque con la España de Luis. Perfeccionar un equipo a partir de lo ya creado, no desde algo nuevo. Imaginar un equipo ofensivamente casi perfecto y con un juego de toque inigualable (aunque venido a menos) con un perfil "canchero" argentino. Querer reducir el tiempo empleado en la transición ofensiva a algo mucho mas directo y eficiente y darle alternativas. Me imagino añadir al orden de la selección de Paraguay de 2010, a la que él entrenaba y que nos hizo pasarlas canutas en los cuartos de final, jugadores que coquetean continuamente con el balón como Xavi, Iniesta o Messi. Eso es lo que quiere, otra cosa es lo que le dejen.
Pero como decimos, el Tata, quizá no conocia al Athletic y su San Mames (!Que estadio!), a la prensa la empieza a conocer, pero conoce el futbol.
Y mientras tanto ¡Que partido! No hubo toque pero hubo pasión. Y ahi ganó el Athletic. Con el corazón de jugadores como Iturraspe (atención al crecimiento de este jugador), Mikel Rico y Munian. El Tata no volverá a considerar San Mames un trámite.

martes, 8 de octubre de 2013

LA BANDA DEL RAYO

"El Atlético de Madrid necesita recuperar un determinado estilo, ser fiel a una manera de jugar, reconocible en un rasgo, en una pincelada. Dejar de fingir que podría ser George Clooney si es Pepe Isbert."
David Trueba en el articulo de hace un par de años "Esa otra cosa" 




Cuando lo oí en la televisión el día dos de Septiembre de 2013 pensé que el complemento de "rayo" con el que completaban su nombre hacia referencia a uno de los significados de esta palabra en la Rae: "Cosa que tiene gran fuerza o eficacia en su acción". Mientras seguía escuchando con interés la noticia de la detención de una banda de ladrones expertos que se había dedicado con éxito a saquear sucursales de bancos madrileños por el método del butrón a través de las alcantarillas y me emocionaba con la intrahistoria de amor paternofilial que se desprendía de la aséptica narración, me di cuenta de lo equivocado que estaba. La banda, herencia del antiguo ladrón ya fallecido, Jesus Iglesias, entraba en los bancos ataviada con camisetas del Rayo Vallecano, equipo de la primera división española.


Lo más reseñable, a parte del atractivo de una historia real de atracadores de bancos, era el método que había perfeccionado el padre, Jesús, y como lo había traspasado a su hijo de manera perfecta hasta el día de su muerte. Durante años se movieron padre e hijo entre fetidez y ratas , hasta memorizar todos los escondrijos del subsuelo madrileño. "Si hay ratas es que hay vida y se puede pasar", le decía el padre al hijo, unidos no solo por el romanticismo de un oficio de alguna modo artesanal que pasa de forma natural entre generaciones, si no también por el amor a un equipo de fútbol.

Después de reírme imaginándome la cara que hubiesen puesto Sandro Rosell o Florentino Perez si se diese a conocer una banda de ladrones de bancos que se ocultase con camisetas de sus respectivos equipos, pensé en lo apropiado que sería que Enrique Urbizu ("No habrá paz para los malvados") escribiese un guión de thriller clásico de atracadores de bancos, con historia de amor entre padre e hijo y con cierto aroma futbolero. Algo así como un Michael Mann ("Heat", "Enemigos públicos") a la española, con policía antagónico pero con comprensión, y con el Rayo Vallecano de por medio.




Sin embargo, una segunda lectura, me hizo comprender el significado que te otorga una camiseta de fútbol cuando te la pones, física o figuradamente, en cualquier campo de juego: sería imposible la existencia de una "banda del Real Madrid" o una "banda del Barça" si sustituimos la intriga de los susurros en los palcos por los gritos de la acción en los bancos del extrarradio. No funcionaría la película con atracadores suburbiales vistiéndose la camiseta del Madrid, si no fuese comedia.

La identidad de los equipos es algo a veces tópico, pero forma parte de los elementos que hacen que el fútbol cree en nuestro imaginario recuerdos y códigos que hacen que se instale en nuestras vidas y se convierta en espejo de ciertos comportamientos vitales.
El caso del Príncipe Felipe me llamó la atención en su momento: estoy seguro que su alteza se volverá loco viendo los goles de Diego Costa en la intimidad o eso nos hacen creer, pero también hay que decir que para su imagen publica le viene de perlas ser representado por el "atleti". El príncipe se pone la camiseta del club del Manzanares y los últimamente atareados asesores de la Zarzuela se quitan un problema de encima. El carácter alegre, genuino pero humilde, labrado con sentido del humor en el infierno y lejos de las grandes pasarelas y sobre todo el hecho de vivir cómodamente instalado fuera de las ya endémicas y tradicionales discusiones bilaterales convierten al Atlético de Madrid en el equipo perfecto para querer satisfacer a todos los españoles, cansados de tanto madrid-barça, sin perder cierta carga simbólica. 

Estaba claro, pensé entonces, que la madrileña "Banda del Rayo", finalmente solo podía ser "la banda del Rayo Vallecano", cuyo estadio, del que me niego a decir el nombre, con olor a pipas y hachís, se alimenta de las voces de la izquierda obrera menos adaptada y recibe con diversión la algarabía de la irreverencia.

Nota: escrito con toda la simpatía y admiración al Rayo Vallecano y "La banda del Rayo"

martes, 1 de octubre de 2013

'BREAKING BAD' LIVE FREE OR DIE

"A la vista de la buena fortuna de Breaking Bad, me pregunto si, de cambiar algún día las inercias que nos encadenan al pie del poder (al pie del Castillo), podría tener también suerte la serie que a veces imagino y en la que, repitiendo la fórmula del proceso de cambio del químico White, presenciaríamos la historia de un gris hombre sumiso de nuestro tiempo —pongamos que un señor macizo con frente esculpida según los cánones que diseña el Estado, creyente con bandera de patriota en su alma o balcón, con críos que llevar de la mano y ataduras a un trabajo imbécil pero útil— que de pronto daría un salto y emprendería una ruta, tan frágil como radicalmente diferente, un camino que le llevaría a huir de cualquier ciclo más de participación en la gran farsa general.
Sería, para entendernos, un tipo que viviría un cambio glorioso al transformarse en un solitario que tomaría la decisión consciente de ser poeta y volver todas las noches a casa caminando con paso veloz y vidrioso, con su cuerpo levemente doblado, ondeando como si ráfagas de viento le arrastrasen a uno y otro lado de la acera, las manos cruzadas en la espalda y una larga zancada."

Enrique Vila-Matas en el articulo 'Poesia para 'Breaking Bad'
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Live free or die es el lema del estado de New Hampshire

(Contiene spoilers)
Y por fin llegó el inevitable final de Walter White. El valiente, el malvado, el fascinante, el manipulador...el poeta.

Sorprende la facilidad de los serie-adictos para juzgar rápidamente, sin atisbo de ojos reflexivos, los actos que componen la materia de nuestra fascinación por la huida, por tener otra vida en la que al fin, por medio de algo parecido a la libertad, alcancemos la felicidad. No entiendo como desde las grises habitaciones en las que nos asomamos desde el ventanuco a la vibrante odisea de Walter consideremos condenable con absoluta certeza el giro hacia el frenesí que este experimenta, lo que de manera inconsciente, en forma de protectora ficción, necesitamos para seguir viviendo.     


Nada es casualidad en BB
Walter ha cumplido su ciclo vital experimentando momentos horribles de gran maldad. Pero también pasando por tiernos errores de gran humanidad. Para perdonarlos, entenderlos, hace falta demostrar, en ningún caso divinidad, si no todavía mas humanidad y tener las agallas de Skyler White, a la que imagino recibiendo el dinero enviado a su hijo de manos de la pareja que una vez fue fuente de rencor e infelicidad y ahora es simplemente una imagen superada con un inolvidable "beautiful people", con un un rostro endurecido por la vida y media sonrisa de orgullo por entender que su marido no fue un "don nadie", que su marido vivió.

¡Que tontos te parecen ahora Schwartz y Gretchen, Walt! Con sus conversaciones banales disfrazadas de sabiduría y sus elitismos baratos, cuando compruebas por el teatro catódico que mienten como todo el mundo, ahora que lo has superado y has entendido que el individualismo es el único camino para la felicidad, que el camino lo elegiste porque eras feliz andándolo. Cuando lo comprendes, el amor a tus seres queridos que te sirvió de excusa, no desaparece, si no que definitivamente encuentra su su sitio esquinado, se vuelve más lógico, mas racional. Nadie quiere salvar el mundo, salvo los hipócritas.
Cuando encontraste la caja de madera que Jessie apartó por cobardía iniciaste un proceso que te llevó a comprender porque Hank convierte el trabajo de la DEA en un duelo personal, en una lucha individual. La lucha del yo en busca de la felicidad, de la satisfacción personal. El placer por encontrar algo que haces realmente bien, mejor que ninguno.
Esta metamorfosis es mucho mas que el paso hacia la maldad, hay un proceso calculado, un impulso sincero y un rechazo implícito a los convencionalismos de la vida moderna. Hay, como dice Vila-Matas una negación de tu existencia al pie del castillo, una huida desde la gran farsa general, para saborear, aunque sea de manera efímera, la vida autentica desde la alta torre del tuyo propio.

W.w. el auténtico, mirándose por última vez al espejo

Fantástico final para una fantástica serie. Habría sido fácil convertir a Hank en el héroe pero lo prohibido atrae mas que lo correcto y aquí el protagonista para lo bueno y para lo malo siempre ha sido Walt. Además necesitábamos que nos cerrasen ese proceso psicológico iniciado por un cáncer, seguido de una mosca caprichosa ("Fly" capitulo 10 de la tercera temporada, dirigido por Rian Johnson, director de Looper, de obligada revisión) y culminado por una dosis de verdad en forma de familia destrozada ("Ozymandias" capitulo 14 de la quinta temporada, también dirigido por Rian Johnson).
Con un estilo personal y agil, utilizando objetivos distorsionadores y microcamaras, al servicio de un entretenimiento feroz, Breaking Bad, ideada por Vince Gilligan, hace emerger lentamente un entramado psicológico de una profundidad equiparable a la saga de "El padrino" (a parte de la similitud de los retratos fotográficos de Michael Corleone con los planos dedicados en ocasiones a Walter, ¿quién no compara la tragedia familiar de uno y de otro?), que nos transporta por los caminos mas espinosos de la existencia humana y nos hace sorprendernos empatizando con un ser aparentemente sumido en una espiral de crueldad y maldad.

Jessie Pinkman madura finalmente

Para terminar no me resisto a hablar de Jessie Pinkman, el mas ingenuo, el hombre con alma de niño. El único dentro del mundo del comercio de metanfetamina por el que es capaz de sacrificarlo todo Walter y al que al final devuelve la vida. Las estupideces de Jessie son consideradas por Walt como tonterías del alma cándida de un niño inmaduro. Eso unido al hecho de que Walter es consciente de todo el daño que le ha infligido por su compañía, hace que me incline a pensar que la decisión de salvarle no es fruto del momento si no meditada por los recuerdos de la felicidad experimentada entre ollas y productos químicos. De alguna manera es el hijo que desea todo padre cuando busca en él mas que eso, un amigo. Es y ha sido su autentica familia.